Casa Remolacha es nuestra historia.
Somos Fer y Ale, dos hermanas unidas por el deseo de crear con las manos y con el corazón.
Fer fue quien dio los primeros pasos, diseñando piezas a medida, hechas con paciencia, dedicación y mucho amor por lo artesanal. Después me sumé yo, Ale, con la idea de transformar esa esencia en productos terminados para que pudieran llegar a más personas, sin perder nunca el espíritu de lo hecho a mano.
Lo que nos une no es solo la sangre: es también una forma de trabajar y de mirar el mundo. Creemos que un textil, una vela o una almohadilla aromática pueden ser más que un objeto: pueden ser un abrazo, un recuerdo, un gesto de cariño que acompaña la vida de cada día.
En cada puntada, en cada aroma y en cada detalle dejamos algo de nosotras. Casa Remolacha es ese espacio donde la creatividad de Fer y el empuje de Ale se encuentran, se mezclan y se convierten en cosas que buscan transmitir calidez, belleza y familia.
Casa Remolacha no es solo un emprendimiento. Es nuestra manera de decir que lo simple, cuando se hace con amor, se transforma en algo que permanece.